La crisis ha acabado con la única vía que estaba minorando desde hace tres años la disminución del censo gallego, que sufre además desde principios de los años noventa un mayor número de defunciones que nacimientos.

Aunque en este siglo y en la última década del anterior se registraron ejercicios con más marchas que llegadas del resto de España, el balance migratorio con el extranjero había mantenido siempre en números positivos la relación de altas y bajas desde el punto de vista residencial de la comunidad. Pero ahora, y de manera inédita, son más los gallegos y extranjeros residentes en Galicia que ponen rumbo al exterior que el contingente que llega a la comunidad desde otros países. El balance parcial hecho a mitad del año pasado ya apuntaba un cambio en la tendencia migratoria de Galicia, que acabó el ejercicio con 2.833 bajas por encima de las altas por cambio de comunidad o país.

Mientras en el último año antes de la crisis, el 2007, fueron 19.583 más los llegados del extranjero que los que pusieron rumbo desde Galicia a otros países, ahora ese balance se convierte en negativo al marcharse 30.709 residentes mientras que los llegados del resto de España y del extranjero fueron 27.876.

Fuga al extranjero

Los motivos del cambio de tendencia vienen dados por un repunte de la emigración al extranjero de censados en la comunidad, que alcanza su mayor cifra desde que hay registros. El año pasado se fueron a otros países 11.739 gallegos de nacimiento o residencia. En el 2002 ese nivel se situaba ligeramente por encima de los cuatro mil casos, produciéndose en el 2008 un salto que a tenor de los últimos datos del INE aún no ha encontrado freno.

Aunque oficialmente se tiende explicar el crecimiento de la emigración exterior por el retorno a sus países de los extranjeros a causa de la crisis, los nuevos datos migratorios subrayan que el número de residentes en Galicia con nacionalidad española que se han ido fuera sigue aumentando y llegó el año pasado a 4.801 casos (821 más que en el año anterior). También se mantiene la misma tendencia con los extranjeros, que han dejado 6.938 bajas en el 2013 (1.028 más que en el 2012).

Peor entre los jóvenes

Siendo pésimas para el futuro de la comunidad las consecuencias de un saldo migratorio negativo, todavía esa significación es más negra al concentrarse la emigración entre los tramos de edad de procrear. El grupo de 25 a 34 años es el que protagoniza la mayor fuga con casi diez mil bajas de las casi 31.000 registradas. De esa misma edad llegaron 2.095 personas menos de las que se marcharon, por lo que agrava la incapacidad de la población gallega de garantizarse una tasa de reposición positiva, es decir, contar con 2,1 hijos por mujer. En la actualidad en Galicia solo nacen 1,07 niños de media por cada mujer, cifra que solo empeora en toda Europa Asturias y Canarias.

En el conjunto de España el saldo migratorio negativo también se ha disparado, al pasar de un resultado de 6.534 residentes menos hace dos años a 111.153 también por debajo ahora.