En Malta, cada vez que llega una patera se dispara la población. Esta pequeña isla es, junto con las Canarias, una de las trincheras de la UE ante la inmigración ilegal, y hoy España ha dado su apoyo a una aspiración clave para Malta como es ser la sede de la futura Agencia Europea del Asilo. Será la primera vez que Malta (ingresó en la UE en 2004) aloje una institución europea, en concreto, el centro de referencia donde se gestionarán y se unificarán criterios sobre la concesión de asilo en Europa, una cuestión capital en el país por el que pasan todas las pateras del Mediterráneo y con una densidad de población de mil personas por kilómetro cuadrado.

La sede de la Agencia quedará previsiblemente decidida el próximo 30 de noviembre. Este apoyo, que resulta casi definitivo para lograr la Agencia, lo ha anunciado el ministro español de Asuntos Exteriores y Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, tras una reunión con su homólogo maltés dentro de la agenda de la visita de Estado de 22 horas que el Rey ha realizado a la isla. Todas las reuniones de don Juan Carlos con las autoridades maltesas se han centrado en la inmigración.

A pesar de que no hay empresarios españoles acompañando en este viaje, las autoridades españolas no han dejado de patrocinar la experiencia de España en infraestructuras de energías renovables. Malta es absolutamente dependiente energéticamente (importa el 97%). El Rey se ha interesado por las posibilidades de energía eólica y solar en la isla. El primer ministro maltés, Lawrence Gonzi, ha asegurado durante el encuentro que España y Malta son los dos países de la UE con mayor presión de la inmigración ilegal.

Malta, por su parte, ha comprometido su apoyo a la idea española de hacer una conferencia internacional sobre Somalia. El 50% de los inmigrantes que llegan a la isla son somalíes. España planteará esta conferencia internacional en la ONU y en la UE. Malta espera también de la UE algún tipo de implicación en el acogimiento de solicitantes de asilo. En el consejo europeo del pasado junio, se acordó poner en marcha un programa voluntario para repartirse inmigrantes malteses. El último en participar ha sido Reino Unido, con diez personas. España no hizo ningún gesto en este sentido durante la visita.