Los Reyes tenían prevista una visita de Estado a Túnez y Malta que empezaba este martes. No viajaron el martes, sino ayer. No volaron a Túnez, sino directamente a Malta, por "indisposición" del presidente tunecino. Tampoco viajaron los dos, sino don Juan Carlos solo, por otra "indisposición" de la Reina, anunciada cinco horas antes de subir al avión. Finalmente, el Rey aterrizó ayer en La Valeta para pasar menos de 24 horas en el penúltimo país de la UE que le quedaba por visitar, a la espera de Chipre.

La agenda incluye la posibilidad de tratar con Malta un tema especialmente sensible para este país como la inmigración irregular. La pequeña isla principal (27 kilómetros de lado a lado) está en medio de las rutas de las pateras hacia Italia que parten de la costa libia. Con una enorme densidad de población, su situación es muy parecida a la de Canarias, aunque con mucha menos superficie y sin la posibilidad de enviar a los inmigrantes a otro lugar. Malta intenta que los socios comunitarios se comprometan a asumir parte de sus solicitantes de asilo.

El ministro Miguel Ángel Moratinos, que llegó ayer a La Valeta desde Arabia Saudí, tratará hoy el tema con su homólogo maltés. Moratinos destacó que en sus años de Alto Representante de la UE en Oriente Medio, Malta fue un interlocutor habitual en sus relaciones con la Autoridad Palestina. "Nos necesitamos mutuamente, en temas como Oriente Medio y la inmigración ilegal", dijo. El Rey se refirió a estos dos temas como "retos".