"El cine tiene que ser un altavoz para denunciar ciertas realidades". Decir esta frase -casi un lugar común- es muy fácil. Ponerlo en práctica aunando un cuidado lenguaje cinematográfico y una elevada dosis de cruda realidad es otra cosa. Sadrac González (Madrid, 1983) y Sonia Escolano (Alicante, 1980), lo dicen y también lo hacen en su primer largometraje, Myna se va. Con esta película "naturalista" e "impactante" se abrió el pasado jueves la tercera Semana de Cine sobre Inmigración e Interculturalidad de Bilbao, que se clausurará mañana.

El festival proyecta 16 películas con ésta, además de cinco cortometrajes. Todas tienen en común el acercamiento cinematográfico al fenómeno de la inmigración. "Hemos elegido el camino difícil. Hacemos un cine que no es comercial, que no da dinero, pero que nosotros consideramos auténtico", explica González. Su película contó con un presupuesto de 3.000 euros, "que dio para pagar los cafés y el hostal a los actores", según añade Escolano. La película salió adelante gracias al compromiso con la historia con la que se quería contar de todos los que participaron en ella, incluida la psicóloga que asesoró a los actores en las escenas más duras.

Myna se va -la historia de una joven asistente doméstica sin papeles y víctima de abusos-, llegaba a este festival con un importante palmarés acumulado en certámenes de cine independiente en Estados Unidos. Ganó el Indiefest de Chicago y resultó premiada en los de Austin y Atlanta, entre otros. En Bilbao, fue muy aplaudida por el público. Al menos por los espectadores que no se salieron a mitad de la proyección. "La película es muy dura. No todo el mundo la soporta", reconocen los dos directores. La protagonista, sufre una agresión sexual que es narrada en el plano-secuencia de 33 minutos, el más largo de la historia del cine español. Todo un alarde que requirió tres meses de ensayos.

No todas las películas programadas comparten esta crudeza, aún reflejando los aspectos menos amables del fenómeno migratorio. Otras tienen un mensaje directamente optimista. El documental El viaje inverso, de Llorenç Soler, con el que se clausura mañana la muestra llevará al cine Capitol historias de inmigrantes que están resucitando pueblos y oficios de la provincia de Soria tras la despoblación secular que viene padeciendo la provincia.

Extranjeras, de Helena Taberna, muestra otras culturas a través de la experiencia de varias mujeres inmigrantes que viven en Madrid. Se proyecta esta tarde en el Fnac a las 18.00. A la misma hora, Elogio al horizonte, de Iñaki Ibisate, narra en los Multis la evacuación de 120 niños españoles a Dinamarca durante la Guerra Civil. Esta última proyección se acompañará de un coloquio bajo el título de "Jóvenes, ¿interculturalidad real".