15, 2, 6 y 7 son los números que hasta hoy marcan la vida literaria de Ángeles Caso, ganadora del Premio Planeta 2009 con la novela Contra el viento, que llegará a las librerías en un mes. 15 porque son los años que hace que quedó finalista del mismo premio con El peso de las sombras. Entonces, 1994, ganó Camilo José Cela con La cruz de San Andrés, aunque ella vendió más que el Nobel español. dos porque el de ahora es su segundo premio literario, luego de que obtuviera en 2000 el Fernando Lara con Un largo silencio. seis porque este nuevo Planeta es su sexta novela. Y siete porque son los meses que tardó en escribirla tras un par de años de darle vueltas hasta que se sentó y empezó a redactarla casi sin parar.

En Contra el viento, Ángeles Caso (Gijón, 1959) hace confluir tres de las situaciones más candentes de la vida cotidiana contemporánea y tres de los temas que empiezan a ser abordados por los creadores españoles en sus diferentes manifestaciones artísticas: el mundo de las mujeres y la reivindicación de sus derechos, el calvario de la inmigración -en este caso africana y femenina- y el maltrato que sufren ellas por parte de sus maridos y parejas.

"Las mujeres europeas hemos construido parte de nuestra liberación explotando a las inmigrantes que han venido a cuidar de nuestras casas o de nuestros hijos", reconoce la escritora asturiana.

Con esta historia basada en hechos reales, Ángeles Caso vuelve a la novela después de nueve años. Y lo hace casi en el mismo punto donde la dejó en términos de compromiso social. Contra el viento está inspirada en la vida de Maria de la Concençao, una mujer de Cabo Verde que hace unos años llegó a su casa y la ayudó a criar a su hija: "Es un homenaje a ella y a las mujeres caboverdianas que sufren y que vienen aquí en busca de algo mejor, pero a veces lo que encuentran es un entono que también las maltrata".

A pesar de todo, la novelista y ex presentadora de televisión reconoce que la mujer ha ganado mucho en los últimos años, pero considera que aún faltan aspectos por mejorar. ¿Y la discriminación positiva? "Estoy de acuerdo en cuestiones como las listas electorales, por ejemplo, donde por inercia se tiende a pensar en nombres masculinos; pero no creo que en asuntos de creatividad y talento debamos tener privilegios, porque, precisamente, si yo critico una sociedad que hasta ahora ha sido especialmente androcéntrica, no quiero lo contrario", dice en alusión a la reciente medida del Ministerio de Cultura, con Ángeles González-Sinde al frente, de dar más apoyo a las mujeres cineastas.

A Ángeles Caso le preocupa más, en cambio, la imagen que se sigue dando en la televisión de la mujer y, últimamente, de los hombres homosexuales, donde se potencia toda clase de clichés e ideas preconcebidas que menoscaban la credibilidad, el respeto y los derechos de igualdad. "También hay un problema de educación, que sigue siendo sexista", afirma la escritora. Parte de todo esto, asegura, "se debe a que, por diferentes circunstancias, los padres han cedido demasiado sus deberes a los educadores y al colegio. La educación de verdad, como los principios éticos, se enseñan en casa".