Investigador del Centro de Inmigración, Ciudadanía y Desarrollo de la Universidad de Bielefeld «Las tendencias restrictivas no controlan la inmigración»

El sociólogo e investigador alemán Stefan Alscher es uno de los invitados al congreso sobre las migraciones que se celebra en A Coruña esta semana. Su experiencia trabajando en el tema de las fronteras en Europa lo ha llevado a la conclusión de que el endurecimiento del control de la inmigración tiene una eficacia temporal.

-¿Cuál es, en su opinión, el resultado del endurecimiento de los controles fronterizos?

-Las tendencias restrictivas no controlan los flujos migratorios, sino que incluso provocan que los inmigrantes abran nuevas rutas para entrar, más largas y más peligrosas para ellos, y además más caras para los Estados. Cerrar cada vez más las fronteras no ha cumplido su objetivo, porque continúan llegando.

-¿Cuál es entonces la alternativa?

-Veo dos maneras: reforzar la cooperación al desarrollo en regiones de origen, lo que en teoría atacaría las causas de la inmigración, y segundo, promover acuerdos bilaterales que abran puertas para la inmigración legal. Muchos inmigrantes ni siquiera quieren quedarse de forma permanente, sino pasar una temporada en Europa, ahorrar y luego regresar a sus países.

-¿Estas medidas cada vez más duras son un elemento disuasorio a la hora de que una persona decida si emigra o no?

-No, estas medidas no conducen a que un potencial inmigrante decida no arriesgarse. Por ejemplo, aunque sepa que podrían meterlo 60 días en un centro de internamiento en vez de 45, no va a decidir no emigrar por esa razón.

-¿Hay un doble discurso en el asunto de la inmigración?

-Europa necesita de los inmigrantes, así que debería abrir puertas para ellos como lo hacen países como Canadá o Australia. Por una parte no los queremos, pero por otra los necesitamos para cosas básicas como mantener el sistema de seguridad social en un continente con una población cada vez más envejecida, y con necesidad de personas en edad de trabajar. Europa tiene un interés no públicamente reconocido en la inmigración.

-¿Cómo afecta la crisis a la percepción de la inmigración?

-Existe el argumento de que los inmigrantes van a quitarle el empleo a los nacionales y eso en tiempos de altas tasas de desempleo puede tomar fuerza, pero el trabajo inmigrante es más bien beneficioso para el país.