(31/03/2022)
30 mar 2022 .
Nada más pisar suelo coruñés, los 24 refugiados ucranianos que viajaron desde Rzeszów, Polonia, a bordo de cinco furgonetas del Banco de Alimentos Rías Altas (Balrial), respiraron finalmente aliviados. La seguridad de verse a salvo se tradujo en sonrisas y multitud de muestras de gratitud hacia los nueve voluntarios que los trasladaron a bordo de cinco furgonetas desde la frontera polaca con Ucrania hasta Galicia.
Una vida provisional
A pesar de la alegría por estar vivos y haber podido escapar de la guerra, todos confían en poder volver tarde o temprano a su país. «Ojalá esto acabe pronto y podamos ir a Ucrania todos juntos», comentaban varios de los refugiados a los voluntarios. En cualquier caso, conscientes de que el conflicto todavía no tiene fecha de fin, buscan fórmulas para comunicarse: «¿Cuál es la aplicación de traducción que utilizáis con nosotros?», preguntaron algunos al grupo de Balrial.
Ahora, mientras los refugiados se adaptan a lo que consideran unas vidas provisionales hasta recuperar las suyas en Ucrania, Manolo, Conchy, Mariquiña, Javier, Gonzalo, Jorge, Iria y Manuel retoman sus rutinas con una mochila cargada de satisfacción, pero también con la espinita de no poder ayudar a todos los que intentan salir de Ucrania. Por eso, algunos de los voluntarios ya plantean realizar una segunda expedición.
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