XOAN A. SOLER

 

A las 12.36 bajaba del autobús, entre aplausos de un nutrido grupo de estudiantes, la primera de las refugiadas ucranianas que pisó Santiago en la expedición organizada por el equipo de investigaciones políticas de la USC, en colaboración con AGA-Ucraína y Monbus. Ella y otros 46 compatriotas habían partido de la zona de Kiev el lunes, y tras cerca de 3.900 kilómetros sin más paradas que las estrictamente necesarias, llegaban a la ciudad que los acogerá entre 7 y 10 días. Pasado ese tiempo, irán a cinco municipios de Ferrolterra que los acogerán, tras las gestiones del alcalde de Ares, Julio Iglesias, que también se desplazó a Polonia. Erika Jaráiz, una de las docentes de Políticas que viajó junto con Nieves Lagares y Paloma Castro, explicaba la dureza de un viaje de 6.600 kilómetros en apenas seis días, hasta quedarse a 100 kilómetros de la frontera polaca con Ucrania. Allí recogieron a las 47 personas que tenían en lista predefinida por AGA-Ucraína, y entregaron cinco toneladas de ayuda humanitaria para el país invadido. En el regreso, dejaron a tres personas en Bilbao con familiares, y otro chaval viajará en próximos días de Santiago a Marbella para reunirse con su hermana.

Xoán A. Soler

 

Erika relató, con la voz quebrada por la emoción, que fue «un viaje muy emocionante, porque es gente que está pasando momentos muy duros, con historias muy complicadas. Pero en el camino, y antes de salir, todo lo que nos hemos encontrado ha sido colaboración», en una larga lista de instituciones y personas.

El Concello compostelano alojará a los refugiados estos próximos días y les ofrecerá la manutención; al tiempo medió con el Sergas para que se les realicen PCR y un chequeo médico, aunque la docente comenta que en principio no tienen problemas de salud , más allá de un agotamiento extremo; la Policía Nacional agilizará los trámites para que logren la condición de refugiados. dijo. En el grupo, solo un hombre mayor y un joven; las demás, mujeres y una veintena de niños, los más pequeños, de dos y cuatro años.

Xoán A. Soler

 

Erika señaló que los refugiados «repiten constantemente que quieren volver. Para ellos esto es temporal y lo que quieren es regresar cuanto antes a Ucrania. Confían en una resolución rápida del conflicto». Faltan por llegar aún algunos refugiados más que viajan en sus coches particulares. Antes de su llegada al centro de Santiago, la expedición se desvió a la residencia canina Cangal, en Fecha: allí se quedan, hasta superar la cuarentena, cinco perros y un gato que se trajeron los refugiados.

El grupo se alojará entre San Martín Pinario y la casa de ejercicios espirituales del campus. «Lo importante es que hemos sacado a 47 personas de allí», destacaba el bombero Jaime Tizón. Él viajó como voluntario, junto a su compañero Santiago Vecino, en una de las dos furgonetas de apoyo al grupo. Porque esta era también una emergencia.