Ni el cansancio de más de ochenta horas de viaje continuadas pudo empañar la madrugada de este martes la alegría del reencuentro que vivieron Boba Datsenko y su familia ucraniana. Al joven, que tiene 13 años, el estallido de la guerra lo pilló en territorio seguro, en casa de los estradenses Roberto Couto y Elsa Valdés. Desde hace seis años, Boba es acogido por la pareja durante determinados períodos del año, a través de la oenegé Ven con nosotros. Al principio, las acogidas eran durante el verano y las vacaciones de Navidad. Desde hace dos años, sin embargo, Boba está en Galicia el resto de año para cursar estudios aquí y regresa a Ucrania en vacaciones.

La guerra en Ucrania animó a la oenegé a gestionar la acogida de las familias de los pequeños que quisiesen buscar refugio, siempre que los anfitriones tuviesen voluntad de recibirles. En el caso de Roberto y Elsa no hubo duda alguna. La pareja conocía a toda la familia de Boba. Su hermana Bohdana ya había estado en su casa dentro del mismo programa de acogida, en el verano del 2019 y las pasadas Navidades. Con ella han venido además su otra hermana, Natya, una tía y un primo. Roberto y Elsa los conocen a todos porque en alguna ocasión visitaron el pueblo de Boba. El joven es originario de Rokytne, un pueblo situado a unos 50 kilómetros de la frontera con Bielorrusia. Desde allí acaba de llegar la familia de Boba después de un larguísimo viaje con final feliz. La familia salió de su pueblo en autobús la madrugada del viernes. Llegó a la frontera con Polonia y tras las interminables colas de salida siguieron en bus rumbo a Madrid. El autocar llegó a las tres de la madrugada del martes. Allí esperaban Roberto, Elsa y Boba en un monovolumen prestado con el que ayer viajaron todos juntos hacia el que ahora será hogar de todos.