El saldo migratorio entre A Coruña y el resto de municipios de la comarca es negativo. Entre los años 2011 y 2020 la ciudad recibió a 23.329 nuevos vecinos procedentes de una veintena de concellos de su entorno inmediato, pero, al mismo tiempo, 29.840 coruñeses cambiaron su residencia por una en el área metropolitana, de acuerdo con datos proporcionados a este diario por el Instituto Galego de Estadística (IGE).

 

Dentro de los municipios de la periferia, los que han hecho perder más vecinos a A Coruña son Oleiros (2.060), Culleredo (1.131), Arteixo (851), Cambre (536) y Sada (526). Hubo 337 movimientos de A Coruña a Bergondo más que en el sentido inverso, y la lista sigue con Carral (187), Oza-Cesuras (166), A Laracha (163), Abegondo (141), Miño (135), Coirós (102). Cerceda, Aranga, Vilarmaior, Paderne, Vilasantar e Irixoa tuvieron saldos positivos en su relación migratoria a A Coruña, todos de menos de 100 habitantes. Los únicos concellos de la comarca con más emigrantes que inmigrantes en relación a A Coruña son Curtis, con dos, y Betanzos, con 37.

 

Aunque los datos proporcionados por el IGE no aparecen desagregados por años, parte de estos resultados han sido empujados en su recta final por el efecto del coronavirus, que ha dado la vuelta a los patrones de desplazamiento de vecinos de las últimas dos décadas. A finales de los años 90 la ciudad tenía, en general, más emigrantes que inmigrantes, pero a partir del año 2000 el saldo migratorio fue positivo la mayor parte de los años, con las excepciones de 2009 y 2013 (cuando fue negativo, con 285 y 233 personas respectivamente). Pero entre 2001 y 2019 la ciudad ganó 17.095 habitantes a través de los movimientos migratorios, y estos fueron especialmente positivos saldo los últimos años. En 2017 el saldo migratorio fue de 2.090 personas, el más alto desde 1990, cuando se empezaron a elaborar los datos, y, si bien en 2018 se bajó hasta los 1.284 a través de los desplazamientos de vecindad, en 2019 la cifra subió hasta las 2.884 personas. Gracias a eso, la ciudad superó por primera vez en su historia los 247.000 habitantes en 2020.

 

Sin embargo, en este año el saldo fue negativo en 775 personas, y el movimiento se notó, en especial, si vemos el saldo con respecto al resto de Galicia, pues la ciudad perdió 1.885 vecinos en relación al resto de municipios gallegos, una cifra que no se alcanzaba desde 1999.

 

Los extranjeros suman

 

Pero para A Coruña, estos años de bonanza demográfica se debían sobre todo a la inmigración de origen extranjero. El saldo siempre ha sido positivo desde que hay datos, con la excepción de 2009 y 2013, cuando hubo pequeñas caídas. Desde 1992, el año en el que se empezaron a elaborar los datos, la ciudad ha ganado 32.218 vecinos gracias a la relación con el exterior de España, y el saldo fue de récord en 2019, con 2.882 nuevos habitantes gracias a la inmigración extranjera, una cifra que no se había alcanzado ni siquiera durante los años de bonanza económica de los 2000. Incluso en 2020, en pleno coronavirus, se ganaron más de 700 habitantes de origen extranjero.

 

La relación con el resto de España, excluida Galicia, es más ambigua. Desde 1992 la ciudad ha perdido 2.678 habitantes por desplazamientos a otras comunidades autónomas, si bien los saldos anuales son poco elevados y a veces positivos; entre 2011 y 2020, por ejemplo, solo se perdieron 313 vecinos en términos netos. En 2020 el saldo, curiosamente, fue positivo y el más elevado de toda la serie estadística, de 384 personas, pues, si bien 1.812 se marcharon a otras partes de España, a lo largo de ese año llegaron 2.196 personas de comunidades autónomas diferentes a Galicia, quizás coruñeses expulsados por la crisis económica de sus ciudades de adopción o personas que, ante el auge del teletrabajo, decidieron instalarse en una ciudad mediana.

 

Saldo negativo con Galicia

 

A Coruña también gana habitantes en su relación migratoria con las provincias de Lugo, Ourense y Pontevedra, si bien menos que con el extranjero; 6.465 personas desde 1992. El año pasado también fue una excepción, ya que por primera vez el saldo con el conjunto de la comunidad fue negativo, si bien solo en 65 personas. Pero esta dinámica se debe sobre todo a la inmigración de otras provincias: al resto de municipios coruñeses la ciudad les ha cedido 26.441 personas en el mismo periodo, con lo que el saldo con el conjunto de Galicia es muy negativo. La emigración a otros puntos de la provincia se exacerbó en 2020; con una pérdida de 1.820 habitantes, el saldo es el segundo más negativo de toda la historia desde que hay datos, con la sola excepción del año 1999.

 

Entre los años 2011 y 2020, y de acuerdo con los datos suministrados con el IGE, hubo un saldo positivo con todas las provincias gallegas, con la excepción de A Coruña. Del resto de municipios de esta se recibieron 36.889 personas, pero también emigraron 40.522, con lo que se perdieron 3.633 habitantes. De Lugo llegaron 4.154 nuevos vecinos, y a esta provincia se marcharon otros 2.872, para un saldo de 1.282 nuevos coruñeses. La aportación ourensana es menor, con un saldo positivo de 608 personas (entraron 2.090 y salieron 1.482). Con Pontevedra, la diferencia fue de 457 a favor de A Coruña, con 4.246 inmigrantes y 3.791 emigrantes.