Sólo el 10% de los inmigrantes llegan con contrato de trabajo

(16/07/2009)

Sólo el 10% de los inmigrantes llegan con contrato de trabajo

Publicado el 16-07-09 , por R. G. Pico

En concreto el 9,5% firmó en su país de procedencia un contrato laboral con empresas nacionales. Estadística admite que el 44% llega sin acogerse al reagrupamiento familiar y sin empleo.

El Consejo de Ministros aprobó a finales de junio la cuarta reforma de la Ley de Extranjería que ahora deberá aprobarse en el Parlamento. Con ella, el Gobierno persigue una inmigración “ordenada”, ya que el texto, según el Ejecutivo, “perfecciona el sistema de flujos migratorios en función del mercado de trabajo”. Algo que no parece haberse conseguido del todo hasta ahora.

El 44% de los inmigrantes que llegaron a España no habían encontrado empleo previamente en nuestro país. Así lo refleja el módulo de la Encuesta de Población Activa (EPA) sobre la situación de los inmigrantes y sus hijos en el mercado laboral de 2008 que hizo público ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE). El estudio revela, además, que seis de cada diez inmigrantes llevan cinco años o más viviendo en España.

Grupos
De acuerdo con los datos del INE, casi la mitad de los extranjeros que tenían más de 16 años cuando llegaron a España lo hicieron en busca de trabajo y no tenían una oferta cerrada. Los datos del INE ponen de manifiesto que únicamente uno de cada diez extranjeros, el 9,5%, contaba ya con un contrato. El 25,12% llegó por un reagrupamiento familiar y un 5,06%, para formar una familia. El 16,38% lo hizo por otros motivos.

Sobre las razones que llevaron a los inmigrantes a viajar hasta España, el INE destaca que “uno de cada cuatro vino por un motivo relacionado con el reagrupamiento familiar, bien con un familiar que ya vivía en España o bien con acompañando a un familiar que venía por motivos laborales o de estudios”.

En el caso de la reagrupación, ésta es mayor en el caso de las mujeres que de los hombres. Mientras un 33% de las extranjeras llegó a España por este motivo, en el caso de los varones este porcentaje se reduce hasta el 16%.

Una vez en España, el 14,7% de los extranjeros ocupados recibió ayuda de familiares y amigos para encontrar su actual empleo. Los de países europeos distintos de la UE y los de América Latina la tuvieron en mayor proporción (29,1% y 27,7%, respectivamente).

Sin embargo, ocho de cada diez ocupados de entre 16 a 74 años manifiestan no haber recibido ningún tipo de ayuda para encontrar su actual empleo o para crear su propia empresa. El mayor porcentaje de ayuda de la oficina pública de empleo se da entre las personas de nacionalidades de países de Europa no pertenecientes a la UE (3,3%) y el menor porcentaje entre los nacionales (no españoles)de la UE, el 1%.

La encuesta revela, además, que nueve de cada diez europeos no comunitarios afirman no tener restricciones para acceder al mercado laboral español, salvo en el caso de los rumanos y los búlgaros.

Sobre ellos, pesaba una moratoria que les impedía trabajar por cuenta ajena en el momento de la encuesta. En cuanto a la formación, el 88,1% no obtuvo su mayor nivel de estudios en España, mientras que el 11,9% sí lo hizo. Asimismo, el INE revela que el 23,8% ha necesitado mejorar el conocimiento de las lenguas españolas para conseguir un trabajo.

Escasa acogida del plan de retorno voluntario
La profunda crisis que sacude a España está teniendo una especial incidencia entre los extranjeros. Esto ha llevado al al Consejo de Ministros a modificar el Reglamento de Extranjería para facilitar su recolocación y reducir la “irregularidad sobrevenida”, es decir, la imposibilidad de renovar el permiso de estancia por carecer de empleo.

Asimismo, el Ejecutivo ha puesto en marcha un plan de ayuda para el retorno voluntario de los extranjeros, que, según denunció recientemente la OCDE, “ha sido muy poco seguido”. “A mediados de marzo, sólo 4.000 inmigrantes en paro se inscribieron en este programa, mientras que 80.000 personas podían beneficiarse de él”, indicó la OCDE. El programa les garantiza el pago de sus indemnizaciones de paro en dos plazos a condición de que no regresen a España en al menos tres años.