Así, en los últimos tres años Ourense presenta un saldo migratorio positivo tras los años duros de la crisis en los que el éxodo superaba con creces a la llegada de nuevos ourensanos. Sin embargo, un análisis más pormenorizado de los datos por franjas de edad refleja que el balance entre salidas y entradas solo es negativo en el ámbito comprendido entre los 20 y 40 años, mientras que sí que crece la población (atendiendo solo a los fenómenos migratorios) en las franjas de 0 a 19 años y mayores de 40 años.
Tomando como referencia las estadísticas publicadas periódicamente por el Instituto Nacional de Estadística en los últimos ejercicios, el saldo migratorio positivo asciende a un total de 3.032 personas, gracias a la captación de gente desde el extranjero, ya que en los movimientos interprovinciales, Ourense sigue exportando más habitantes de los que es capaz de atraer.
Si solo fuera por la relación entre salidas y entradas con el extranjero, la población entre 20 y 40 años habría crecido en 1.317 personas, pero tomando como referencia también el saldo interprovincial de -1.475, esa franja presenta un déficit de 148 habitantes, tendencia que el primer semestre del presente ejercicio parece haber empezado a cambiar, consiguiendo un saldo migratorio positivo entre los jóvenes.
Diferencias
Mientras, los menores de edad presentan un saldo total positivo de 1.203, aunque a diferencia de los mayores de 40 años, se nota sensiblemente la salida hacia otros puntos de España, con un déficit de 303 residentes que, al menos, es capaz de revertir la inscripción en los registros de la provincia de casi 2.100 niños y adolescentes llegados desde otros países, a los que se marcharon un total de 586 en los últimos tres ejercicios.
El retorno, objetivo de la administración
Tras darle la vuelta a la tortilla después de la dura crisis económica consiguiendo frenar la fuga de ourensanos y atrayendo a la provincia más personas, el desafío pasa ahora por conseguir que la gente que se instale en Galicia y, por extensión, en Ourense, tenga menos de 45 años.
Esa estrategia ha puesto en marcha la Xunta a través de un plan con el que busca conseguir el regreso a la Comunidad de algo más de 20.000 gallegos (de origen o por ascendencia), de los el 60% tendrían menos de 45 años, lo que permitiría ganar población en edad fértil y aumentar así la posibilidad de reflotar la natalidad, ya que como apuntan expertos, los inmigrantes serán "clave" en el reto demográfico.
La partida económica puesta encima de la mesa por el presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, ascendía a 235 millones en el período comprendido entre 2018 y 2021, que permitirían ofrecer bonificaciones o acceder a becas para mejorar la formación académica.
Los habitantes entre 20 y 40 años apenas representan ya el 19% de la provincia
La caída de población joven es una evidencia con una simple mirada a una década atrás. Según las cifras de residentes facilitada por el IGE, en los albores de la crisis económica había 84.584 habitantes de entre 20 y 40 años, lo que representaba algo más del 25% del censo total.
Diez años después, la sangría es clara. Ese mismo abanico apenas supone ya el 19% de los residentes de la provincia, con 61.626 personas de un total de 309.293.
Ourense y Valdeorras, comarcas en las que representan al menos uno de cada cinco
Ourense y Valdeorras son las dos comarcas en las que el peso de la población de entre 20 y 40 años se sitúan por encima del 20% del total provincial y, en consecuencia, las que más oportunidades ofrecen.
En el extremo opuesto se sitúa la comarca de Terra de Caldelas, donde el porcentaje apenas llega al 15,69%. Por encima del 16% están A Baixa Limia, Celanova y Trives.