(10/09/2015)
Becerreá ofrece las escuelas rurales para acoger refugiados
Este es el primer ayuntamiento de la provincia que adoptó una iniciativa para acoger personas que huyen de la guerra que afecta a Siria
lugo la voz 09 de septiembre de 2015.
El Ayuntamiento de Becerreá es el primero de la provincia que adoptó una iniciativa para acoger personas que huyen de la guerra que afecta a Siria. Miles de personas lograron entrar en Europa en busca de ayuda que, por ahora, van recibiendo muy a cuentagotas. El alcalde de Becerreá, Manuel Martínez, ya ofreció varias escuelas del término municipal.
Martínez envió una comunicación al ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo para explicarle que se pone a disposición de su departamento «para acoger a los refugiados que fuera menester» los edificios de las escuelas rurales de Todón-Lagua, Pradeira, Ouselle, Vilardefrades, Eixibrón, Armesto, Vilouta y Quinta de Canceldada.
Todas estas escuelas están arregladas y preparadas para ser utilizadas «cuando ese Ministerio considere oportuno». «Estamos dispuestos a colaborar y ayudar, dentro de nuestras posibilidades, en todo lo necesario para hacer que estas personas, que huyen de sus países, alcance una vida más digna», dice el alcalde de Becerreá en la carta que mandó con fecha del pasado sábado.
Muchas de las escuelas que el regidor becerrense ofrece al Ministerio de Asuntos Exteriores no tienen actualmente un uso diario ya que fueron cerradas a la actividad lectiva. Algunas fueron empleadas para campamentos de verano en los que intervieron niños del término municipal.
Aunque el problema de los refugiados está siendo muy grave, son pocos los ayuntamientos e instituciones de la provincia de Lugo que mostraron interés en darles acogida. El de la capital de la provincia ya dijo que estaría dispuesto a colaborar.
En la lista de posibles ayudas se echan en falta muchas instituciones y colectivos que, por ahora, permanecen sin pronunciarse. En la provincia hay docenas de casas rectorales que también podrían ser utilizadas, sin embargo no hay constancia de que la iglesia se haya pronunciado. Organizaciones benéficas permanecen también al margen, por ahora.
El alcalde de Becerreá considera que el problema humanitario es de tal magnitud que no es posible quedar de brazos cruzados. «Es precisa la colaboración absolutamente de todos», manifestó ayer.
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