MADRID, 12 (SERVIMEDIA)

El director adjunto de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex), Gil Arias, afirmó este miércoles que más de 290.000 inmigrantes indocumentados han llegado a la UE en los siete primeros meses de este año, lo que marca un nuevo récord anual.

Gil Arias señaló, en una entrevista a RNE recogida por Servimedia, que entre enero y julio de este año se han producido más de 290.000 entradas de inmigrantes irregulares a la UE, cuando el anterior récord estaba en los 278.000 de 2014. “Lo hemos superado ya con creces”, apuntó.

Arias indicó que 2014 fue, "sin duda, fue un año de récord, pero este año ya se ha batido ese récord y nos quedan varios meses por delante en los que no hay razones para pensar que no van a seguir llegando inmigrantes y refugiados”. “Espero que no nos acostumbremos porque la inmigración en sí misma es un auténtico drama, normalmente va acompañada de pérdida de vidas humanas”, añadió.

Subrayó que Grecia ha recibido alrededor de 130.000 entradas de inmigrantes sin papeles a través de sus islas en lo que va de año, la gran mayoría refugiados que ponen sus pies en las islas griegas, y que este país está siendo desde principios de este año el nuevo ‘punto caliente’ de llegadas a través del Mediterráneo debido a la crisis de este país. “La situación es absolutamente caótica”, describió.

Arias achaca esta circunstancia a “la no capacidad de las autoridades griegas para gestionar adecuadamente todos esos flujos y a que puede haber habido una cierta publicidad engañosa respecto de algunas declaraciones hechas por autoridades griegas en el sentido de que iban a enviar a todos los inmigrantes a Alemania o que los centros se cerraban, que en algunos casos ha sido cierto”. “Esto, sin duda, produce también un efecto llamada”, apostilló.

LIBIA, “UN LUGAR MUY PELIGROSO”

Por otro lado, Arias indicó que el Frontex carece de mandato de salvamento de inmigrantes, pero actualmente realiza esta tarea porque “es una prioridad absoluta salvar vidas humanas” y, además, “es una obligación impuesta por los convenios internacionales”.

“En nuestras operaciones, sobre todo en el Mediterráneo central, prácticamente no se realizan patrullas de protección fronteriza, se realizan patrullas de salvamento porque los dramas se suceden día a día y, por lo tanto, hay que dedicarse a hacer salvamento y olvidarse de realizar cualquier otra actividad de vigilancia”, añadió.

En el caso de que se dotara al Frontex del mandato de realizar labores de salvamento, Arias explicó que se produciría “un cambio en el lugar donde se realizan las operaciones”, que conllevaría “una contradicción” porque “para salvar más vidas humanas hay que trabajar más cerca de Libia y trabajar más cerca de Libia puede producir ese efecto multiplicador en la medida en que los traficantes, conocedores de que el rescate se va a producir antes, cargan las embarcaciones con más inmigrantes, utilizan embarcaciones menos adecuadas para la navegación y ponen menos combustible, menos alimentos y menos agua en las barcas”, lo cual produciría “mayores beneficios para los propios traficantes e, indudablemente, incrementa el riesgo de naufragio”.

No obstante, Arias comentó que actuar en los países de origen del tránsito de inmigrantes irregulares podría reducir el flujo migratorio, pero no detenerlo y puso como ejemplo Libia, que es donde sale un mayor número de personas indocumentadas y su situación es “caótica”, mientras que Turquía ofrece “mayores esperanzas de cooperación”, pero su prioridad es el terrorismo.

A este respecto, recalcó que la costa de Libia es “un lugar muy peligroso” no solamente por la presencia del Estado Islámico en el norte de este país, sino también “por las mafias y la brutalidad con la que tratan a los inmigrantes”.

TRAFICANTES Y TERRORISTAS

Por otro lado, Arias aseguró que existen vínculos entre los traficantes y grupos terroristas en Libia. “Tenemos informaciones que indican que parte del dinero que las mafias cobran a los inmigrantes al final se utilizan para financiar el yihadismo”, añadió.

En este caso, el viaje cuesta entre 1.000 y 5.000 euros, dependiendo de la capacidad adquisitiva del refugiado o inmigrante y también del color de su piel. “Los africanos de raza negra viajan en las bodegas y los blancos viajan en cubierta. Los sirios tienen más dinero para pagarse el pasaje en cubierta y quienes tienen menor poder adquisitivo o pertenecen a otra raza diferente viajan en otras condiciones. Ello supone, obviamente, un mayor riesgo y puede también conllevar un chaleco salvavidas o no. Viajar en la bodega en el caso de naufragio supone una muerte casi segura. En la mayoría de las tragedias que hemos presenciado en los últimos meses la mayoría de los inmigrantes que lamentablemente desaparecieron y que no sabemos cuántos son aquellos que viajaban en las bodegas del barco”, dijo.

Por último, Arias comentó que se está produciendo un fenómeno nuevo en la inmigración hacia Ceuta y Melilla, con mayoría de ciudadanos procedentes de Siria muy por delante de Guinea y Costa de Marfil.

“Los ciudadanos sirios, que serían los refugiados más evidentes por la situación de guerra en la que se encuentra Siria, venían tradicionalmente a través del Mediterráneo central. En la actualidad, son muy poquitos los sirios que llegan a Italia o parten de Libia y, por el contrario, entran principalmente por las islas griegas, pero también, en mucha menor medida, por las ciudades autónomas. Viajar hasta Marruecos para luego entrar a través de Ceuta y Melilla supone una inversión superior a las que supondría desde zonas más próximas desde el país de origen. Son ciudadanos que normalmente sí pueden pagar a los traficantes porque disponen de medios financieros para ello”, concluyó.