¿Una plaga? Los datos demuestran que la inmigración ha beneficiado al sur de Europa y al Reino Unido

(12/08/2015)

¿Una plaga? Los datos demuestran que la inmigración ha beneficiado al sur de Europa y al Reino Unido

 

-Un estudio de La Caixa demuestra que el 30 por ciento del crecimiento del PIB en los últimos 20 años en España ha sido "consecuencia directa" de la llegada de inmigrante

 

-Más de 225.000 africanos inmigrantes han llegado a Europa por el Mediterráneo en 2015, con la expectativa de lograr un empleo. En el Reino Unido han saltado las alarmas. Cameron llegó a hablar de "plaga".

 

Los Estados crecen con la inmigración. Quien lea esto es posible que no lo comparta y que lo critique (este tema encrespa), incluso con dureza. Quizá en este año 2015 más, cuando se estima que el número de inmigrantes que ha cruzado el Mediteráneo rumbo a países europeos supera los 225.000.

 

La Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex) informó recientemente que cerca de 50.000 inmigrantes llegaron a Grecia sólo durante el mes de julio, cifra récord superior a la registrada en todo el año 2014. Según Frontex, la ruta migratoria hacia Grecia se ha convertido en los últimos meses en la principal vía para intentar acceder a la Unión Europea (UE).

 

Con estos datos, y la tragedia del número de fallecidos que encuentra en el mar su sepultura, la Comisión Europea (CE) llama a “la solidaridad” y aprobó este lunes 23 programas plurianuales por unos 2.400 millones de euros, con el fin de “apoyar a los países en su gestión de la presión migratoria”, entre ellos España, que recibirá 259,7 millones de euros de un fondo de asilo y otros 262,1 millones de un fondo de seguridad interior.

 

Los recursos llegarán de manera "urgente" a los países que más se ven afectados por la llegada masiva de inmigrantes, como Grecia e Italia.

 

Los fondos corresponden al periodo presupuestario 2014-2020 y proceden del Fondo de Asilo, Inmigración e Integración (AMIF) y del Fondo de Seguridad Interior (FSI) de la UE.

 

Cameron: “plaga de gente”

Las ayudas de la UE se conceden en en un momento de grave crisis migratoria, y justo cuando el Reino Unido lleva clamando contra los inmigrantes de manera feroz.

 

Gran Bretaña lleva unos meses tensando la cuerda de la inmigración, desde que la Oficina Estadística oficial (ONS) difundió que ha recibido a unos 583.000 inmigrantes hasta el pasado junio, frente a los 502.000 registrados en ese mismo periodo del año anterior.

 

 

David Cameron bramó al conocer los datos, calificando a los inmigrantes de “plaga de gente” y amagando con su salida de la UE, mientras las organizaciones de derechos humanos reclaman “un plan concreto para ayudar a los a los refugiados”.

 

“Alguien debería recordarle al Primer Ministro que estamos hablando de gente y no de insectos", declaró la líder provisional del Partido Laborista, Harriet Harman.

 

Desmontar mitos económicos y fiscales

Algunos datos y argumentos pueden ayudar a verificar que la inmigración encauzada adecuadamente no sólo no es un problema para un país, sino que supone un factor de crecimiento.

 

Así ha sucedido en España, en particular en los años de bonanza. Sin la mano de obra de la inmigración, no hubiéramos crecido como se logró desde 2000 a 2008, en especial en el sector de la construcción, pero también en otros como hostelería.

 

La Caixa reveló ya en 2011, en plena crisis, que el 30 por ciento del crecimiento del PIB en los últimos 20 años en España ha sido "consecuencia directa" de la llegada de inmigrantes.

 

Muy recientemente, la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OCDE), ha señalado que el saldo fiscal de la inmigración (lo que aportan menos lo que reciben) ofrece un porcentaje positivo del 0,5% del Producto Interno Bruto. Es decir, las personas inmigrantes aportan mucho más de lo que reciben.

 

“Los estereotipos que se divulgan sobre los efectos negativos de la inmigración son abundantes y diversos”, señala un estudio de la Fundación MigraStudium, de Barcelona, sobre 'Inmigración y crisis en España'.

 

“Están los que señalan que los inmigrantes se benefician del Estado del bienestar de la sociedad receptora y suponen una pesada carga para la misma. En España no hay muchos estudios sobre la aportación económica que hacen los inmigrantes comparada con el gasto público que generan, pero hay algunos, y todos han desmentido los estereotipos vigentes”, argumentan sus autores, Xavier Alonso, Miguel Pajares y Lluís Recolons.

 

“No puede decirse que la inmigración haya tenido un impacto negativo, ya que en los años en los que hubo mayor entrada de inmigrantes, también hubo mayor crecimiento de empleo para los autóctonos·”, añade Miguel Pajares, autor de la parte económica del informe.

 

A su juicio, “distintos autores han señalado varias veces que para que un determinado flujo de inmigración incida negativamente, sobre las condiciones laborales o las oportunidades de empleo de los nativos, ha de producirse como condición necesaria una situación de competencia, o que las oportunidades laborales de los nativos disminuyan ante una mayor oferta de trabajadores debida la inmigración”.

 

Y Pajares asegura que “muchos estudios han mostrado que ese impacto apenas existe: (por ejemplo) los realizados acerca de la entrada masiva de cubanos en Miami producida en 1980, o de argelinos en Francia con la descolonización de 1962, los de Pekkala, hechos en América y en Europa, los Feridum en Noruega y Peri en California, etc.”

 

Favorecieron el empleo de los españoles

“La llegada de los inmigrantes (entre 2000 y 2008) favoreció el empleo de los autóctonos en la medida en que los inmigrantes ocuparon las categorías laborales para las que resultaba difícil encontrar mano de obra. La inmigración generó, en esos años, dos efectos sobre el empleo de los autóctonos: aumentó sus oportunidades laborales, y propició su ascenso profesional”, añade el estudio.

 

Sin embargo, el CIS suele reflejar una consolidación de la imagen negativa del inmigrante como detractor de recursos públicos, así como responsable del deterioro de la calidad de prestaciones sociales básicas (como la atención sanitaria y la escolar).

 

En España y el resto de países europeos, en líneas generales, los sucesivos gobiernos han mantenido políticas restrictivas a la admisión, como si nuestro sistema productivo no necesitara mano de obra inmigrante.

 

Y estas políticas han dado lugar a que la entrada haya sido mayoritariamente irregular, pues los inmigrantes venían de todos modos, atraídos por un mercado laboral que demandaba su fuerza de trabajo, aunque lo hacían como turistas o de otras formas más arriesgadas (pateras, etc.). Esta entrada irregular, según MigraStudium, ha provocado que una alta proporción de los inmigrantes haya comenzado su vida laboral en la economía sumergida, con perjuicio para ellos y para Hacienda.

 

Ahora, España está creciendo a un ritmo superior al 3 por ciento anual, y crea empleo. Josep Oliver, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, aseguró en la presentación del 46 Índice ManpowerGroup, que “o se desarrollan políticas activas de empleo muy agresivas, o España necesitará inmigrantes cualificados en 4 ó 5 años”, o antes.

 

Frente a ello se sitúan David Cameron y su titular de Exteriores, Philip Hammond, quien ha dicho: “«Es una situación insostenible porque Europa no puede protegerse a sí misma ni preservar su estándar de vida ni su estructura si tiene que absorber a millones de inmigrantes africanos».

 

 

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