Un día después de que la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) elevara a más de 2.000 las muertes en el Mediterráneo en lo que va de año, la cifra se ha convertido en una estadística resesa. El mar se convirtió ayer en una trampa mortal para más de 200 inmigrantes tras volcar el pesquero en el que intentaban realizar la travesía desde Libia hasta Italia.

No se ha podido confirmar todavía el número exacto de muertos, pero todo apunta a que podrían superar los dos centenares ya que solo pudieron ser salvadas unas 400 personas de las entre 600 y 700 que, según las fuentes, atestaban la embarcación. Era un viejo pesquero de madera que viajaba lleno hasta la bandera cuando fue avistado a 22 millas de Zuwara, la ciudad libia de la que suelen partir las pateras fletadas por las redes de tráfico de inmigrantes con destino a las costas italianas.

El pesquero lanzó un mensaje de SOS que movilizó de inmediato a un barco de la Marina irlandesa en la zona, el Le Niamh, el cual se dispuso a enviar rápidamente dos lanchas. En ese momento la embarcación con los inmigrantes se escoró y volcó, precipitando la caída de gran parte de sus ocupantes al mar. Las primeras explicaciones apuntan a que podría haberse debido al movimiento de la gente hacia un mismo costado con el fin de observar la llegada del socorro, ya que las condiciones del mar en ese momento eran buenas.

La alarma de que el barco cargado de inmigrantes se encontraba en dificultades había llegado a la central operativa de la Guardia Costera italiana en Roma, encargada de coordinar las operaciones de socorro en esa zona del Mediterráneo, después que la central de Catania (Sicilia) hubiera recibido la señal de SOS. Según Nawal Sufi, una activista que recibe las llamadas de los inmigrantes en apuros, el barco viajaba con muchas familias con niños y había sufrido problemas en la sala de máquinas.

A la zona fueron enviados el Dignity One, de Médicos sin Fronteras, además del Niamh, que fue el primero en llegar. Tras el naufragio se les unieron en las labores de socorro otros barcos que consiguieron rescatar vivas a unas 400 personas y recuperar los cuerpos sin vida de 25 personas. Se dio la circunstancia de que el Dignity One acudió a la zona con 94 inmigrantes a bordo que había rescatado unas horas antes. Si se confirma un número tan alto de ahogados podría deberse a que numerosos emigrantes no sabían nadar.

La nueva tragedia empequeñece los datos de la OIM, que había anunciado que el pasado fin de semana se alcanzó la cifra de 2.000 personas muertas al cruzar el mar, todo un récord ya que en el mismo período del año pasado habían muerto 1.607 personas. Hasta ahora han sido salvados 188.000 inmigrantes entre Italia y Grecia pero se calcula que, tras el verano, se superará ampliamente la cifra de las 200.000 personas.

La mayor parte de las muertes han tenido lugar intentando atravesar el Canal de Sicilia que une las costas de Libia e Italia, una ruta que para la OIM es la más peligrosa del sur de Europa a pesar de la operación Tritón. El presidente de la Comisión europea, Jean Claude Juncker, se mostró «decepcionado» por las dificultades que algunos países europeos han puesto para acoger a los refugiados.