(17/06/2015)
c. villar | santiago 16.06.2015 | 15:53
Cola en la salida de Alvedro a la espera de la llegada de taxis. carlos pardellas
No solo la diferencia entre defunciones y nacimientos, a favor de los primeros durante el último cuarto de siglo, va mermando la cifra de habitantes de la comunidad gallega año tras año. Los padrones también van adelgazando con aquellos que hacen las maletas para asentarse fuera de sus límites territoriales autonómicos. Por esta razón, el año pasado Galicia perdió 2.279 residentes en total.
Este resultado es la diferencia entre quienes se asentaron en la comunidad el año pasado desde otra autonomía española o desde otro país, un total de 27.875 personas, y quienes hicieron el petate para dejar Galicia y mudarse a otra comunidad o al extranjero, que supusieron un total de 30.154 casos.
Así lo permiten constatar los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que analizan las variaciones residenciales a partir de las altas y bajas registradas en los padrones municipales y que revelan también que ese saldo residencial negativo, con todo, es un poco más optimista que el de 2013, cuando Galicia perdía por esta razón 2.833 habitantes. Aun así, la sangría del pasado año (los 2.279 residentes menos) es la segunda peor desde que el organismo realiza esta estadística (el año 1998).
Sin embargo, si lo que se examina son solamente los datos relativos a los ciudadanos con pasaporte español, las cifras son algo más preocupantes, ya que se van 3.087 más que los que vienen, la cifra más alta también desde 1998.
Solo una tercera parte de los 30.154 residentes que decidieron trasladar su domicilio fuera de Galicia rebasó las fronteras estatales; el resto, casi 20.000 personas, se establecieron en algún otro punto de la geografía española. En el grupo conformado por las 10.292 personas a las que la comunidad y el resto de España se les quedó pequeño y decidió emigrar fuera del país, dominan los extranjeros, que protagonizaron el 55% de las escapadas, mientras que los españoles que se sumaron a la diáspora exterior suponen 4.542 casos, cifra inferior a los 4.801 contabilizados en la misma estadística de 2013. En cambio, las mudanzas a otras autonomías se llevan sobre todo a españoles (el 84%) y también, en general, son estos quienes más se mueven fuera de Galicia, al protagonizar en siete de cada diez casos los cambios de residencia.
La nacionalidad influye también a la hora de descubrir las provincias que más bajas anotaron en su padrón por la fuga de habitantes al extranjero. Si se tienen en cuenta las bajas por emigración fuera del país en general, Pontevedra lidera la lista, ya que se marcharon 3.694 personas, el 36% de los 10.292 ciudadanos que decidieron buscar una oportunidad en el extranjero. Si en cambio se observa solo la cifra de nacionales que se fueron, un total de 4.542, es en A Coruña donde se produce la mayor desbandada, ya que de alguno de sus municipios partió el 43 por ciento de los que se marcharon.
Aunque la emigración no hace distinción de edad y el INE registra ejemplos en todos los grupos, la mayoría de quienes engrosaron el año pasado las filas de la diáspora exterior eran jóvenes de entre 25 y 34 años, que suponen el 28% del total. Si a este colectivo se le une el conformado por aquellos que tienen entre 35 y 44 años, suponen ya la mitad de todos los emigrantes.
Aunque no bastan para compensar el número de quienes se marcharon de Galicia, la comunidad se convirtió en 2014 en el nuevo hogar de 27.875 personas (en su mayoría procedentes de otras zonas de España), 18.121 de ellos españoles y 9.754 extranjeros. También dentro de la propia comunidad hubo en 2014 mucho movimiento, ya que 60.521 personas se trasladaron a vivir a otro concello.
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