Martínez, una vez más, defendió ayer la tesis de Interior, muy cuestionada por juristas, organizaciones de derechos humanos y ahora también por algún juez, de que la frontera es un concepto elástico y que, en realidad, los inmigrantes no pisan territorio español solo con el hecho de saltar el triple vallado sino que, además, deben superar el perímetro de seguridad de la Guardia Civil y la Policía, y adentrarse en el país.
Precisamente, seguir esta interpretación le ha valido la imputación por un delito de prevaricación al coronel jefe de la Guardia Civil en Melilla, Ambrosio Martín Villaseñor, por la expulsión en caliente de un número indeterminado de subsaharianos que saltaron el vallado en dos oleadas el 18 de julio y 13 de agosto. Todos ellos fueron entregados de manera inmediata a Marruecos por una puerta de servicio del perímetro.
«Una obligación»
El secretario de Estado dijo que su departamento no va a «abandonar» este tipo de deportaciones porque son instrumento de «protección de nuestra seguridad en el perímetro fronterizo». «Es una obligación que le impone al Gobierno tanto el código de fronteras Schengen como la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», apostilló, antes de recordar que la Audiencia Nacional ha rechazado investigar una demanda contra el protocolo de expulsiones de la Guardia Civil en las dos ciudades autónomas. «El resto de jueces no ha dicho nada, están instruyendo», recordó.