Una auténtica revolución, equivalente a lo que ocurría en los años 60 y 70, que afectaría a toda la UE, y especialmente a lugares como Galicia, una de las principales regiones de Europa que aporta emigrantes a Suiza (38.000 residentes, según el padrón del 2013). Un cambio de tal trascendencia que lleva a muchos a estar convencidos de que no saldrá adelante, pero es una muestra de que existe un cierto mar de fondo contra el aumento continuo de trabajadores foráneos. De hecho, ya está en vigor la limitación de permisos B (los que dan notables derechos a los trabajadores), aprobada el año pasado al detectar un incremento notable de inmigrantes.
Alfonso Gómez Cruz, de Corme, concejal de Los Verdes en el Ayuntamiento de Ginebra, cree que la iniciativa de la UDC «tende a illar o país do resto de Europa», olvidando que el progreso del país se debe sobre todo a las exportaciones al resto del continente.
Tres por ciento de paro
Suiza es un lugar muy apetecible para trabajar, con un desempleo medio que ronda el 3 %, con cantones que apenas sobrepasan el 1 % de parados. Los españoles que carecen de ocupación son un 5,8 %, según los datos estatales hechos públicos por www.swissinfo.ch.