"Diferencia de un siglo de antigüedad y del tipo de mano de obra, ahora cualificada, dos tipos de migraciones distintas, pero que merecen ser contadas", recuerda Francisco Sieiro en esa paradoja de los gallegos constructores del primer Canal y Sacyr, cien años después, a la cabeza de la ampliación. El coautor, junto a Carolina García, del libro Galicia en Panamá. Historia de una emigración asegura que la experiencia del colectivo fue "exitosa" y que, como en tantos otros países, se siguen reuniendo en las "numerosas" sociedades y clubes gallegos que se reparten en el país.

-¿Es un colectivo activo, con presencia en la sociedad?

-Lo calificaría como un colectivo sumamente activo e integrado de forma plena en la sociedad panameña. Apellidos gallegos están ya plenamente integrados en ámbitos como la política, televisión, cultura y profesiones liberales.

-¿Existe de nuevo el efecto llamada ante el crecimiento del país? Cada día llegan cuatro españoles, según las estadísticas.

-Es cierto que hubo un repunte desde hace tres años aproximadamente de la emigración española. No tanto gallega como de otras comunidades, como Madrid y Cataluña. Muchos vienen a trabajar a multinacionales españolas establecidas. El caso de Sacyr, FCC, Mapfre, Telefónica, Gas Natural Fenosa, etc., pero otros muchos vienen a la aventura, en ocasiones engañados con falsas expectativas y he visto como desgraciadamente muchos han tenido que regresar. Al llegar se encuentran con muchas trabas legales, bajos sueldos, proteccionismo en la mayoría de las profesiones panameñas (como arquitectos, ingenieros, docentes, etc.). La vida en Panamá es muy cara -los alquileres medios de pisos son 1.100 dólares-, cesta básica elevada... Si tuviera que darles un consejo a los gallegos en particular y españoles en general que tienen pensado cruzar el charco hacia Panamá es que vengan con un trabajo buscado desde allí o que inviertan en su propio negocio.

-¿Es realmente un país de oportunidades para empresas gallegas?

-Panamá es un país sumamente atractivo para la internacionalización de las empresas gallegas por muchas razones. Para empezar, es un hub empresarial y una puerta de salida para el resto de Latinoamérica. Posee una moneda fuerte, facilidades fiscales a empresas extranjeras, además del envidiable crecimiento económico y un sector inmobiliario y financiero de primer orden. Además de la ampliación del Canal, hay otras obras importantes como la construcción de la primera línea de metro de Centroamérica, reordenamiento viario, hospitales, aeropuertos... Un filón para empresas de construcción y derivados. En un contexto político estable con el gobierno del conservador Ricardo Martinelli.

Todos los protagonistas de esta foto proceden del concello ourensano de Boborás, donde se concentró el segundo movimiento migratorio hacia Panamá a mediados del siglo pasado. La foto, de 1965, fue tomada en el aeropuerto de David, provincia de Chiriquí. También en su caso buscaban la prosperidad económica que faltaba en España. Como antes hicieron los miles de gallegos que trabajaron en la construcción del Canal, y que eran considerados por las autoridades de EEUU los mejores obreros de todo el mundo.