Más de cien familias de Camariñas residen en la ciudad suiza de Delémont

(19/06/2013)

Más de cien familias de Camariñas residen en la ciudad suiza de Delémont

Otro grupo importante de residentes, alrededor de cuarenta personas, procede de Matío, un lugar de la parroquia de Nande, en Laxe

 

Un grupo de camariñáns (la mayoría en la foto) comparten empanada y buen humor en el centro español de Delémont. S. G.

 

En Delémont, la capital del cantón de Jura, al noroeste de Suiza, no lejos de Francia ni de Alemania, una de las calles del centro se conoce como «a de Camariñas». No porque ese sea su nombre real, sino porque desde hace décadas es el destino habitual de vecinos de este municipio. Y últimamente, mucho más. Más de cien familias (de al menos dos miembros) originarias de las cuatro parroquias de ese concello coruñés se han asentado en este plácido lugar.

El cálculo es casi científico, y lo proporcionan un grupo de vecinos que echan cuentas apelando a su memoria y conocimiento del lugar, mientras departen sobre la vida y el futuro tomando el aperitivo en el bar del centro español, nombre muy amplio para lo que en realidad es un centro gallego, que a su vez se comprime en una parroquia más de la Costa da Morte. (una norma habitual: en el centro español Santiago Apóstol de Liechtenstein también son todos de la comarca).

Cerveza gallega y empanada

El responsable del centro es el vimiancés Francisco Ordóñez, un empresario de éxito (tiene más de 20 empleados en su empresa de carpintería e inmobiliaria, buena parte de ellos gallegos), aunque la gestión corresponde a personas cercanas. Él mismo participa en el debate que, el domingo, sobre las 12 horas, realizaban los clientes habituales, en un local amplio, coqueto, con terraza, tomando Estrella Galicia y tapas de empanada. Es como estar en casa.

Incluso en el aparcamiento exterior hay varios coches con matrícula española. Uno de ellos, del camariñán Diango Álvarez, de 20 años, llegado hace menos de un año, al que ahora también acompaña su novia, otra de las nuevas emigrantes. Y así siempre: casi a diario se ven caras nuevas, como reconoce uno de los veteranos. Otro grupo importante de residentes (sobre 40 personas) procede de Matío, un lugar de la parroquia de Nande, en Laxe. Entre el grupo, un recién llegado. Otro más.

A unos dos kilómetros se encuentra la sede de la Asociación de Trabajadores Españoles en Suiza (ATEES), que preside Luis Blanco Rodríguez, camariñán de pura cepa. Trabaja en Delémont, aunque vive en un pueblo cercano. Lleva ya 33 años en la localidad, y no es de los viejos: «A min tróuxome o meu tío, e el xa chegara no 63», explica. Fue de los camariñáns pioneros, aunque no sabe cuál fue el big bang de la elección de este pueblo perdido en la Suiza real. «Buscaban traballo e viñeron», resume.

El ATTES tiene 120 socios, y subiendo. Hasta hace poco eran 70. Luis dedica parte del tiempo de directivo a atender los numerosos currículos que llegan prácticamente a diario y que traslada a las empresas de trabajo temporal. «E non só de Galicia, de toda España», apunta.

La presencia gallega está en todos los detalles. Solo un ejemplo: las ventanas del mejor hotel del pueblo proceden de un comercio de Zas, transportadas por conductores de la zona.