(01/04/2013)
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El drama de la emigración en versión dulce. A base de chocolate han recreado en Vigo una escultura que pretende homenajear a los cientos de gallegos que en el pasado y también ahora en el presente, han tenido que dejar la comunidad en busca de un futuro mejor.
La pastelería El Trigal, que ya se ha hecho un nombre por sus espectaculares monas de Pascua, ha dado una interpretación a la figura de Bruno Catalano Le Grand Van Gogh. El objetivo es retratar a los viajeros que marchaban sin nada para pelear por darles a sus hijos y a su familia más recrusos. «Así interpretamos esta figura, en la que el corazón no acompaña a la esencia del emigrante, no aparece reflejado en su cuerpo, le falta algo».
Desde El Trigal quieren unir a las dos generaciones de emigrantes. «Cambiamos lo barcos y los trenes por aviones y las cartas por emails y teléfonos, pero lo que no cambia son los sentimientos», apuntan desde la pastelería, que tiene dos sedes, en Marqués de Valladares y en Alexandre Bóveda.
En el pasado ya usaron el chocolate para crear grandes esculturas con sus monas, como el Monumento al trabajo, conocido como los rederos en Gran Vía o la obra de los caballos de Plaza de España. Los pedazos del emigrante de chocolate serán repartidos entre la clientela el próximo domingo de Pascua.
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