Los planes migratorios de Suiza inquietan en Galicia

(13/02/2013)

Los planes migratorios de Suiza inquietan en Galicia

La posible limitación de permisos de trabajo afectaría de lleno a decenas de trabajadores de la Costa da Morte que buscan oportunidades en el país

Autor:

s. g. rial

Localidad:

carballo / la voz

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Pocas veces unas declaraciones de un alto cargo el Gobierno suizo, el consejero federal Didier Burkhalter, tuvieron tanto eco en Galicia y causaron una relativa inquietud. Hace unos días confirmaba en una televisión helvética las informaciones de un periódico francés sobre que están planteando aplicar una cláusula de salvaguarda que limitaría el acceso a los trabajadores a su país.

Es una medida factible en virtud del tratado de libre circulación de personas firmado con la UE, aplicado ya con otros países del Este, y previsto, por un año, para cuando el crecimiento de la inmigración es muy alto y se puede superar en un 10 % la media de los últimos tres años. La noticia tuvo un amplio recorrido. Aunque factible para cualquier estado de la UE, la mayor parte de los medios se fijaron en Italia, España y Portugal, los grandes exportadores de mano de obra, junto a Alemania.

Desde Berna, la capital, José Antonio Calvo Blanco, presidente del centro gallego, natural de Zas, reconoce que sobre este tema «fálase moitísimo, sobre todo entre a xente nova, a que xa está aquí e a que está aló e pregunta». No es extraño, porque no paran de llegar emigrantes. «Hai moitos que veñen sen traballo, traen 2.000 ou 3.000 euros e póñense a buscar, pero non é tan doado como pesan». A veces acaban el dinero antes de encontrar un empleo. Su centro ha notado el auge de la nueva emigración: de los 68 socios del año pasado, ahora son 163. Y creciendo.

Luis Blanco Rodríguez, de Camariñas, preside la Asociación de Trabajadores Españoles en Suiza (ATEES). Con ese supuesto cierre «non todos están de acordo. Eu -añade- non o vexo ben». A diario trata con jóvenes que buscan en Suiza una oportunidad.

En Basilea, el carballés Ramón Carreira Collazo, presidente del centro gallego, tiene larga experiencia en el Consejo de Residentes: «Non creo que pechen as fronteiras ou as limiten, os suízos están moi contentos co traballo da xente de España e Portugal». Asegura que muchos de los que llegan son gente preparada, pero dispuestos a trabajar en cualquier cosa. El mes que viene, cuando se reabra la temporada de la construcción, se verá una afluencia muy superior.

José Gil Doval, residente en Zúrich, natural de Arbo (Pontevedra), también tiene mucha experiencia asociativa con los emigrantes (lleva 42 años en Suiza), además de política (preside el PP en el país). Cree que los controles en la fronteras no son malos. «O mundo non pode ser de todos, en España tamén houbo que poñer restricións. É necesario se se quere orde, organización e manter uns salarios dignos», dice. Indica que los portugueses ya están por todas partes, sobre todo por su enorme solidaridad, capaces de alojarse los que sean en un mismo piso, algo que no hacen los gallegos. Como el resto de consultados, recibe emails frecuentes preguntando por trabajo. Algunos estudian alemán para hacerlo.

La diputada en Ginebra Loly Bolay, de Corme, ve «muy arriesgado» que Suiza pueda activar esa cláusula con países como España. Entre otros motivos, porque enfadaría a la UE. Reconoce que el país pasa una situación «delicada» por la presión de la extrema derecha para que haya estos cambios ante la elevada inmigración.

Alfonso Gómez Cruz, copresidente de Los Verdes de Ginebra, también cormelán, consultó con diputados federales de su grupo político sobre este tema y le transmiten que la actuación de esas limitaciones «non ten fundamento», porque sería actuar contra ciudadanos de la UE con derechos históricos en Suiza: «Creo que non se vai a aprobar, é algo moi alarmista, e sería moi complicado sacalo adiante».