La Galicia exterior se reinventa sin renunciar a los orígenes

(02/07/2012)

La Galicia exterior se reinventa sin renunciar a los orígenes

Desde la Secretaría Xeral de Emigración explican que el debate sobre el actual concepto de galleguidad nace de la intención «de promover un nuevo texto legislativo que sustituya a la Lei de Galeguidade, de 1983»

Autor:

nacho mirás

Localidad:

santiago / la voz

Fecha

Dice el Diccionario de la Real Academia sobre la palabra galeguidade: «Carácter do que é galego ou conxunto de todos os galegos». La simpleza de tales acepciones es, no obstante, aparente. O, por lo menos, eso es lo que se extrae del Consello de Comunidades Galegas que ayer finalizó en Santiago, cuyos representantes debatieron largo y tendido sobre la galleguidad.

Eran 153 representantes de otras tantas comunidades gallegas repartidas por el mundo. Quizás en un intento de ir con los tiempos, estos colectivos se presentan cada vez más como comunidades y menos como centros gallegos. «Xa non son espazos unicamente para o folclore», decía Ernesto Lagarón, presidente de la Agrupación Cultural Galega Saudade, de Barcelona.

Desde la Secretaría Xeral de Emigración, que dirige Santiago Camba, explican que el debate sobre el actual concepto de galleguidad nace de la intención del Gobierno «de promover un nuevo texto legislativo que sustituya a la Lei de Galeguidade, de 1983». Ha sido la propia diáspora la que, a través de sus portavoces, ha pedido una revisión, incidiendo en que se reflejen aspectos nuevos, como dar voz a las nuevas generaciones de jóvenes -algunos nacidos ya fuera de Galicia- y a entidades que no tenían este reconocimiento.

Hubo en la reunión de este año otro punto que preocupa seriamente y que, en cierto modo, va parejo al debate administrativo abierto en la propia comunidad gallega: la fusión de entidades de la diáspora. Por su tamaño o por su dispersión, muchos de ellos, prácticamente, agonizan. Y sin relevo generacional, poco futuro les queda.

La Xunta señala que, en la medida que lo demanden las entidades, apoyará el proceso de preservación y mejora de su legado material e inmaterial. Y por esta razón ve con buenos ojos la colaboración estrecha entre aquellas que atraviesan mayores dificultades para su continuidad. No obstante, el Gobierno gallego recuerda que se trata de entidades privadas, libres en todo caso de actuar como estimen oportuno. «Non podemos pretender sobrevivir a base de subvencións», decía Ernesto Lagarón en un receso del Consello, esta especie de ONU gallega a la que alguien se refería en el propio encuentro.

Tal como está la situación económica, Lagarón considera que toca ser más imaginativos que nunca para preservar lo que se ha conseguido en todos estos años y para garantizar el futuro.

La internacionalización de mercados como salida comercial para las empresas gallegas y la posible colaboración de los centros y casas de Galicia en esa labor es otro de los puntos importantes en el debate relacionado con la diáspora.

En el Consello se prestó también una atención especial al aspecto socioasistencial, que resurge como uno de los puntos de atención fundamentales en las preocupaciones que comparten la Xunta y las comunidades gallegas. Latinoamérica es una de las zonas que más preocupan por la extrema precariedad de muchos gallegos. El Gobierno de Núñez Feijoo comprometió su apoyo a este colectivo, manteniendo o incrementando, en la medida de la disponibilidad presupuestaria, los programas y ayudas de asistencia social y sanitaria básica. El PSOE denunció el veto a los grupos parlamentarios al Consello.