El investigador Pedro Alonso. / j. l. cereijido 

Premio Príncipe de Asturias 2008 de Cooperación Internacional, Pedro Alonso es Jefe de Medicina Tropical y Salud Internacional del Clínico de Barcelona, y dirige la investigación más próxima para encontrar una vacuna contra la malaria. Asegura que hay posibilidades de que en 2014 haya una primera generación. Pero será una de eficacia parcial

ALBERT SOLER| A CORUÑA -¿CUÁNDO TENDREMOS UNA VACUNA CONTRA LA MALARIA? -Hay bastantes posibilidades que entre 2014 y 2015 haya una primera generación. Pero será una de eficacia parcial.

-¿Y esto qué significa?

-Deberá usarse con herramientas que ya tenemos, como fármacos, mosquiteras, etc. y continuar investigando para pasar de un 50% a un 70% o un 90% de efectividad. Hasta hace 15 o 20 años se ponía en entredicho que pudiera haberla.

-¿Por qué es tan difícil?

-Las vacunas hasta ahora eran eficaces contra insectos sencillos. Para que me entienda, son como una bicicleta. Ahora ya se desarrollan contra insectos más complicados: como un coche. Pero el parásito de la malaria es una lanzadora espacial.

-Por barata que sea, en África no hay dinero. ¿Quién pagará la vacuna?

-Usted y yo.

-Y alguien más, espero.

-Hay el fondo Global de Vacunación e Inmunización, que entre otros lo pagamos usted y yo.

-Alguien dirá que en época de recortes no estamos para pagar nada a otros.

-Es una falsa disyuntiva, porque aquí nadie se queda sin recibir vacunas o sin acceso a una excelente sanidad.

-Cada vez menos...

-Los problemas de aquí son de otra esfera, si nos estamos empobreciendo, etc. Allá estamos hablando de vivir o morir.

-¿Los inmigrantes pueden traer en Europa enfermedades tropicales?

-A la inversa, entre el susto de pasar el estrecho en patera y medio ahogarse, son ellos los que se acaban infectando de nosotros. No ha habido enfermedades transportadas por inmigrantes, así de claro. No hay que tener ningún miedo a la inmigración.

-¿Las farmacéuticas bloquean la investigación de vacunas?

-Nos gustan demasiado las teorías conspirativas. La vacuna interesa a todo el mundo, también a la industria farmacéutica, el problema es que no tiene estímulo para investigar, no juega a esto porque no hay dinero a ganar. Hay que pensar cómo meterlos a ellos en la jugada, y se está avanzando bastante en este campo.

-Son empresas privadas y tienen que obtener beneficios, ¿no?

-Si el director de una farmacéutica anuncia por la mañana que invertirá mil millones en investigar la vacuna contra la malaria, al mediodía lo han echado a la calle. Porque se habrán hundido las acciones.

-¿La salud es privilegio de los ricos?

-En el siglo XXI no podemos aceptar que el derecho a la vida lo determine el lugar donde naces. El drama es que tenemos herramientas para superarlo y no somos capaces.