-Se adaptó rápido.

-Estoy muy contento por cómo afronté las adversidades. Siendo fuerte, haciendo lo que me gusta. Querer es poder. Estoy muy orgulloso de mí y de cómo me están saliendo las cosas. Y gracias a Dios no me he lesionado, porque eso sí que lo haría difícil. Y a tirar hacia adelante.

-Ha ganado mucha experiencia.

-Creces mucho como persona, como futbolista, como profesional. Estar a tres mil kilómetros de distancia de tus costumbres, de tu gente. Con todo, está siendo una experiencia bonita. Y si tiene que seguir así, que así sea. Estoy a gusto, aunque la posibilidad de volver a casa siempre se valora.

-Siempre ha tenido que luchar.

-Si hay situaciones difíciles, lo que hay que hacer es afrontarlas. Y el mundo del fútbol es presente, no se tiene en cuenta el pasado.

-Cada vez más gallegos fuera.

-La situación del fútbol obliga. La gente ve que no tiene nada que perder emigrando. Los animo a irse. Es duro. Uno no se va porque sea la solución fácil. Hay que ser fuerte. Si lo pasas mal, no puedes volver. Amigo, lo tienes que afrontar. El fútbol son situaciones buenas y malas. Saber muy bien cuándo estás arriba y abajo.

-Si Galicia mira hacia Lucas, Lucas parece mirar hacia el fútbol gallego.

-Hombre, claro. De todas las categorías. Desde el ascenso del Dépor y esperemos que el del Celta, porque sería bonito tener a los dos equipos en Primera. Me da pena por el Pontevedra. Pero el Ourense está ahí, el Cerceda sigue peleando. Yo amo Galicia, es lo más importante que hay en mi vida.

-¿No se arrepiente de nada?

-Quería ser profesional, pero nunca pensé que iba a llegar a Ucrania y que esos equipos preguntasen por mí. Si me parase a pensar en las cosas que he hecho bien y mal, creo que ni me hubiese ido a Ucrania. Directamente, me hubiese quedado en casa y ni hubiese salido de allí.

-¿Hace balance?

-Estoy muy orgulloso de cómo me ha ido la vida. Me lo he trabajado, no le debo nada a nadie. Voy con la cabeza alta. Me saludan por la calle. Es admirable. No puedo hacer más que agradecerlo. Si tengo tiempo, me paro a tomar un café con ellos. Y si no, quedamos mañana.