(10/10/2011)
a. r. / algeciras
Día 09/10/2011 - 22.57h
Andalucía se convirtió hace unos veinte años en la puerta de entrada al sueño europeo de multitud de inmigrantes, empujados por las necesidades de sus países. Las primeras pateras que cruzaron el Estrecho fueron el inicio de un gran movimiento migratorio desde África hacia Europa, que continúa viviéndose cada día en la comunidad.
—¿Son los inmigrantes menores un problema para la sociedad?
—Los que alcanzan nuestro país son, en una inmensa minoría menores, si hacemos caso a las cifras oficiales. No podemos hablar de problema, al igual que tampoco podemos hablar de mayoría de inmigrantes menores. Es necesario que consideremos a esta minoría menores antes que inmigrantes y nos sujetemos a los derechos del niño para tratar de ayudarlos.
—¿Qué labores realiza Andalucía Acoge con el inmigrante?
—Nuestro trabajo se divide en dos partes. De un lado, el trabajo de calle en el que buscamos al inmigrante para ayudarle; de otro, el trabajo asistencial y la dinamización comunitaria con la que pretendemos darnos a conocer y concienciar a la sociedad. La mayoría de personas que se acercan a nuestras sedes nos conocen y confían en que estamos de su lado.
—¿Existe un trato grupal por parte de su federación o personalizado?
—Tenemos un trato personalizado. Al principio tendíamos a dar soluciones inmediatas que no siempre acababan con el problema. Ahora nos centramos en el problema de cada uno de ellos, creamos un itinerario más a largo plazo en un proceso mucho más completo y más complejo, que resuelve realmente cada problema. El ejemplo está en los que llegan pidiendo un trabajo. Nos informamos de porqué no lo consiguen, los ayudamos a formarse, a homologar sus títulos y les abrimos el campo de posibilidades.
—¿Ha cambiado el perfil de inmigrante en los últimos años?
—Sin duda. A nivel geográfico, llegan de otros países, como Latinoamérica y Europa, y a nivel sexual ya que ahora son muchas las mujeres que emigran buscando nuevas oportunidades laborales. Antes eran hombres, especialmente africanos y sobre todo al principio marroquíes. Ahora hay inmigrantes de todas las nacionalidades, europeos y de otros continentes.
—¿Ha afectado la crisis a la inmigración?
—Los flujos migratorios se han frenado. Cuando la gente abandona su casa es buscando algo mejor. El enorme crecimiento estadístico de migraciones de los últimos diez años no se va a volver a vivir nunca. Aquello fue un movimiento generado por la necesidad de España de cubrir mano de obra de la que andaba escasa. La inmigración ha favorecido el crecimiento económico de la sociedad española.
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