(23/06/2010)
En una entrevista con Efe, antes de participar en la Casa de América de Madrid en una mesa redonda sobre "El futuro de las asociaciones de inmigrantes", los responsables de las asociaciones plantearon varios retos para asumir la antigua y nueva oleada de inmigrantes que llega a España.
Juan Carlos Rois, presidente de América España Solidaridad y Cooperación (Aesco), aseguró que es el momento para que las organizaciones asuman y dinamicen las expectativas y motivaciones de los inmigrantes en una verdadera interlocución y diálogo que vincule los intereses de los latinoamericanos residentes en España.
"El tema es preguntarnos si las organizaciones han renunciado a darle a la inmigración esa relevancia y a dinamizar su actoría o si siguen siendo el cauce adecuado para esto", dijo.
Para Rois la preocupación está en cómo asumir los problemas que afectan a los extranjeros, como la Ley de Extranjería, el aumento de la xenofobia, la convivencia y los discursos reactivos que marcan la pauta para que las organizaciones tengan más voz y presencia.
"El problema es si las organizaciones de esa primera generación de hace 20 años siguen siendo el cauce donde participa la inmigración o si se han preocupado más por aspirar a representar que a la dinamización de la gente", explicó.
Ante dicha preocupación, Alejandro Pinto, presidente de la Asociación Pro Bolivia, afirmó que la propuesta fundamental recae en la cultura como "nuevo modelo de integración" con el fin de crear redes que unan a las personas a través de sus tradiciones.
Así, explicó que la impresión que se tiene del inmigrante boliviano es de "curiosidad" entre los españoles, pero que al hacer "representación cultural" llama la atención y está presente como un actor que se siente integrado.
Igualmente, la Asociación Pro Bolivia atiende otro tipo de situaciones que afectan a los bolivianos como la violencia machista.
"Las mujeres bolivianas son vulnerables a esta situación y no saben qué hacer. Son mujeres sin papeles, que llegaron con la inmigración de 2004, después de la regularización masiva, y no tienen donde acogerse", indicó.
Por su parte, Irma Pérez, presidenta de la Federación de Paraguayos en España, dijo que lo principal de este encuentro de asociaciones es pensar más en el inmigrante, e indicó que Paraguay es uno de los últimos colectivos que ha llegado a España.
"Nosotros proponemos las asociaciones temáticas. Muchos dicen que no porque no reúne todo sino un solo tema. Nosotros creemos que sí, porque da pie al intercambio y eso puede crear un tejido", lo que da pie a la unión entre las organizaciones.
Para Pérez, el papel que puede desempeñar el Gobierno de España es el de tener en cuenta que "la inmigración hizo que la economía de este país creciera y si hablamos en números somos productivos. El Gobierno tiene que estar preocupado en que haya una integración".
Situación que comparte Manuel Pinto, presidente de la Federación de Asociaciones de Peruanos (Fedap,), quien apuesta por la organización de sus compatriotas en colectivos que ayuden a una mayor participación en la sociedad española.
"El esfuerzo que estamos intentando hacer desde hace casi tres años es organizar el colectivo que está muy disperso y de institucionalizar su vida económica, social y empresarial", manifestó.
Por último, Juan Carlos Rois hizo un llamado al Gobierno español ante la Ley de inmigración para que "se convierta en una política de estado consensuada", dialogada por todos los actores, incluyendo a los inmigrantes, sin discursos victimistas.
"Esto no existe y exige que los elementos de confrontación con los que ahora se trabaja desaparezcan. Esta es la principal urgencia. Nos estamos jugando el futuro de la convivencia".
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