El sangrado poblacional que sufre la provincia de Ourense es uno de los más acusados de toda España, al igual que sucede con el desempleo, donde la provincia cuenta con uno de los índices más altos del país. Pero toda regla, aunque sea estadística, tiene también su excepción y en el caso del paro la pone, en la comarca de O Ribeiro, el concello de Avión. Un ayuntamiento que cuenta con una población de 2.674 habitantes, de los que más del 44% son hombres y casi el 56% mujeres y con una tasa de desempleo del 4,7%, en el umbral que los expertos catalogan como pleno empleo.

Pero, extrapolando ese porcentaje a la realidad, esas cifras no revelan tanto un alto nivel de actividad, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos de los vecinos son emigrantes y residen la mayor parte del año en el extranjero, -mayoritariamente en México-, sino que sus habitantes superan, en gran medida, los 65 años de edad, por lo que el número de personas en edad de trabajar, tal y como aseguran los propios vecinos, es bastante reducido.

Un argumento al que se suma el regidor de Avión, Antonio Montero, que recuerda que en fechas no muy lejanas se ha clausurado un obradoiro de empleo en el municipio, precisamente para personas en situación de desempleo, y no todas han logrado incorporarse al mercado laboral una vez que ha finalizado ese taller.

Aún así y, aunque la mayoría de las personas que trabajan a diario en las entidades bancarias o en el centro de salud son en su mayoría de fuera del concello, en el caso de los centros municipales -como biblioteca, el consistorio o el centro de día-, así como en el de las tiendas y los bares, los empleados son todos oriundos de Avión o de sus parroquias próximas.

La crisis de la construcción

Es el caso de Adolfo Sánchez Ramos, de Beresmo, que trabaja en el proyecto de ampliación de una residencia de la tercera edad con cargo a los fondos del Plan E. Reconoce que, si no fuera por las obras financiadas por la Administración, la localidad habría perdido casi todos los empleos vinculados a la construcción en los últimos meses.

José Lorenzo, que regenta una frutería a la que ha puesto su apellido en el centro de Avión, achaca al municipio los mismos males que a cualquier otro ayuntamiento gallego del interior con población muy envejecida: «No inverno non hai casi ninguén, porque o tempo non axuda, con frío e choiva, e non hai moito que facer».