El 20 por ciento de las remesas enviadas desde España por los inmigrantes no tienen control

Por Agencia EFE

Madrid, 19 ene (EFE).- El 20 por ciento del dinero que los inmigrantes envían desde España a sus familias llega a sus países de origen a través de canales "informales", sin control ni garantías, según un estudio difundido hoy por el Gobierno español.

En 2007, las remesas informales desde España pudieron alcanzar los 1.600 millones de euros (2.287 millones de dólares), mientras que los envíos formales sumaron 8.100 millones de euros (11.578 millones de dólares), según esos datos oficiales.

En 2008, esta cantidad fue menor debido a la crisis económica, señala el estudio publicado por el Observatorio Permanente de la Inmigración y presentado este martes por la secretaria de Estado española de Inmigración y Emigración, Consuelo Rumí.

El estudio del equipo dirigido por el investigador Iñigo Moré es "excelente, riguroso y pionero", dijo Rumí, quien destacó que para muchos países las remesas de sus emigrantes, como ocurrió a los españoles décadas atrás, suponen un porcentaje importantísimo de su Producto Interior Bruto, por encima incluso del 10 por ciento.

Remesas informales son las que llegan a su destino "por canales no regulados", de ahí que sólo puedan hacerse estimaciones sobre su cuantía.

Las remesas informales no son un fenómeno generalizado, ya que se trata de una práctica más frecuente entre inmigrantes de unas determinadas nacionalidades, indica el estudio.

Mientras que entre los ecuatorianos, por ejemplo, es muy poco frecuente, quienes más usan esos canales "informales" son los inmigrantes venezolanos -supondría el 70 por ciento de sus remesas-, subsaharianos -porque en sus países no existe un sistema bancario sólido y fiable-, ucranianos, polacos y marroquíes.

Por cuantía de los envíos, marroquíes, rumanos y portugueses encabezan el ránking de este tipo de remesas, según Moré.

"La cercanía geográfica -destacó- facilita el contacto con mayor frecuencia, mientras que la lejanía obliga a establecer otras formas de comunicación".

El propio bolsillo es el método de transporte en el que más confían los inmigrantes, sin distinción de nacionalidad o condición social, para llevar dinero a su país de origen, pero se usa también el correo postal.

"Unos cuantos billetes dentro del sobre, con la carta", indicó Moré.

Pactar con terceras personas un precio por el transporte, práctica muy usada por inmigrantes del Este, las compras a distancia y, por supuesto, el uso de redes que operan al amparo de las nuevas tecnologías, son otras fórmulas analizadas en el estudio.

Según éste, "uno de los principales impulsos de las remesas informales es la situación financiera de los países de destino", cuando "la regulación local hace preferible para el usuario el envío de fondos por canales informales, habitualmente en efectivo, en lugar de hacerlo por medio de instituciones".

Este el caso de Venezuela, Colombia o Brasil, subraya el informe.

La incidencia del fenómeno es mayor en las ciudades que en el medio rural, pues en los grandes núcleos de población hay "el número suficiente de inmigrantes de determinadas nacionalidades que permitan establecer redes informales de transferencia".

El estudio concluye que las remesas informales "afectan con mayor intensidad a países desarrollados o de renta media", y hace hincapié en que "son la forma más peligrosa de no integración".

Supone, explica el análisis, "entrar en una ley de la selva" donde el inmigrante abdica de sus derechos como consumidor "y se pone en manos de mafias financieras".

Según Moré, es preciso "un importante trabajo institucional", con programas de formación que expliquen a los inmigrantes "los costes ocultos y desventajas" de este sistema.

"Los propios inmigrantes se están infringiendo un daño del que inicialmente no son conscientes", insistió.